Pedagogía integral

Pedagogía integral
Por el reconocimiento de la identidad religiosa del ser

jueves, 19 de agosto de 2010

Introducción

Este es un espacio diseñado para reflexionar en torno a la situación actual de la Educación Religiosa Escolar en Colombia.

1.     Identificación e historia de la Educación Religiosa Escolar en el contexto colombiano
La Educación Religiosa Escolar (ERE) es un área obligatoria del sistema educativo colombiano, que debe estar contenida en el Proyecto Educativo Institucional y en el currículo de las instituciones de educación formal. Sus lineamientos y estándares son emitidos y regulados por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) en colaboración con la Conferencia Episcopal de Colombia. En este sentido, la categoría educación religiosa hace referencia a un ejercicio sistemático y riguroso de enseñanza del fenómeno religioso en general y de los contenidos de la religión en particular, en  el ambiente de la Escuela. Por inscribirse en el contexto de la educación formal, la ERE coopera en la consecución del propósito de “desarrollar en el educando conocimientos, habilidades, aptitudes y valores mediante los cuales, las personas puedan fundamentar su desarrollo en forma permanente”
La identificación de la ERE desde su ubicación en el marco legal de la legislación colombiana, constituye un primer intento de delimitación del objeto del presente escrito, puesto que es evidente cómo la abundante terminología usada para designar la enseñanza de la religión en la Escuela, fácilmente se presta para ambigüedades; por ejemplo, se habla indistintamente de catequesis escolar, catequesis, catecismo, formación religiosa, ciencias religiosas o simplemente religión. Esta pluralidad de identificaciones obedece en gran manera al proceso que -al menos en el contexto colombiano- ha experimentado la ERE; por tal motivo, se hace necesario presentar, de manera sintética, algunas precisiones conceptuales que orienten la comprensión del desarrollo histórico de la educación religiosa en el sistema educativo nacional.
En consecuencia, es preciso acudir a los aportes de la teología sistemática, entendida como una rama de la Teología que tiene por objeto la sistematización estructural y orgánica de los diferentes tratados y prácticas que se circunscriben en el marco de la disciplina teológica. La teología sistemática en su aporte a la inteligencia de la fe, ofrece conceptualizaciones mediante las cuales es posible; por una parte, delimitar los objetos de conocimiento de los tratados, y por otra, establecer relaciones de interdependencia entre los mismos.
Así pues, el episcopado colombiano, haciendo uso de la labor sistemática de la teología, entiende la ERE como “el estudio de la revelación cristiana y su experiencia religiosa, tomada en sus diversos componentes y manifestaciones histórico-culturales, en nuestro contexto y el de occidente. Este estudio, realizado con métodos escolares, se orienta a identificar las características de esa experiencia religiosa, sus formas de vivencia y expresión, su aporte a la humanización y al bien de la sociedad y la cultura, de manera que los alumnos elaboren sus propias conclusiones y actitudes debidamente motivados y responsables ante ese hecho religioso". Según lo anterior, la Educación Religiosa es un ejercicio de carácter académico que busca la transmisión de un conocimiento que genere en los educandos actitudes, procedimientos y conceptos; dicha caracterización permite intuir la estrecha relación de la ERE con la catequesis y sus afines catecismo o catequesis escolar.
No obstante, la catequesis, pese a contar con un carácter eminentemente didáctico, hace referencia directa a una forma específica de evangelización de los cristianos, cuyo fin es que la fe, ilustrada por la doctrina, se torne viva, explícita y activa, para conducir a los miembros de la comunidad cristiana a un auténtico discipulado y seguimiento de Jesús. En este sentido, el término catequesis se refiere a una experiencia propia de la comunidad cristiana enfocada a la evangelización, que pretende la generación de actitudes morales y claridades doctrinales, para dar cuenta de la asimilación del mensaje de Jesucristo y de la pertenencia a dicha comunidad. A manera de contraste, es posible enunciar que mientras la catequesis adelanta un trabajo de instrucción para la maduración en la fe, desde dentro de la comunidad y hacia todos los miembros de la misma; la ERE, se esfuerza por hacer comprensibles algunos de los contenidos y de las prácticas religiosas, sobre todo cristianas, para un sector específico de la población, a saber: la comunidad educativa.
Continuando con el intento de delimitación, es preciso aludir a al término religión, con el cual también se suele identificar la asignatura de Educación Religiosa. Desde una perspectiva muy general, este concepto posee un carácter histórico cultural y designa las diversas formas en que se ha desarrollado la relación del hombre creyente con el Dios en quien cree; según esto, la categoría religión, no se agota en una conceptualización de la teología sistemática pues es la Religión el escenario en el cual nace y se consolida la disciplina teológica, es decir, la Teología nace como una mediación entre la cultura y la Religión. En este orden de ideas, puede sugerirse que la Religión es el objeto de conocimiento del área de ERE, que ha de ser adaptado para cada nivel del sistema educativo, y que en el caso colombiano tiene un marcado matiz cristiano-católico.
Después de rastrear algunos indicios conceptuales, para la adecuada identificación de la ERE, adquiere especial interés comprender el aporte de cada uno de los términos con los que ésta se ha designado, en la reconstrucción de la historia más reciente de la asignatura en el contexto colombiano. Sin embargo, es preciso señalar que la variación en los términos ha obedecido a particularidades de la práctica escolar, bien sea por las intencionalidades de cada institución o por las sugerencias del Magisterio eclesial de cada región, ya que la legislación siempre ha mantenido como identificación genérica del área, el concepto Educación Religiosa.
Según lo antes mencionado sobre la catequesis, se descubre la pertinencia de éste término para la designación de la asignatura de Educación Religiosa en el contexto de las políticas educativas previas a la Constitución de 1991; puesto que con la plena vigencia del Concordato de 1973* y la designación del Catolicismo como religión oficial de Estado, la Iglesia gozaba de algunos privilegios que le daban preeminencia en muchos escenarios de la vida social, entre ellos la educación formal. Así pues, la Iglesia de la época recibió del Estado, por medio de la ley 20 de 1974, el encargo de regular y diseñar los programas de la ERE en todas las instituciones educativas del territorio nacional; este dato permite comprender que la enseñanza y específicamente los contenidos del área estuvieran enfocados a la instrucción en aras de la maduración de la fe cristiana en los educandos, lo cual está hablando de un ejercicio eminentemente catequético; de hecho, la popularidad de nombres como catecismo o catequesis escolar, son una consecuencia del título de "catecismo”  dado a los textos guías para la asignatura, los cuales eran elaborados por el Magisterio eclesial colombiano (Conferencia Episcopal) y latinoamericano (CELAM).
Con la entrada en vigencia de la nueva Constitución Política de 1991 y su declaración de la libertad religiosa y de la igualdad de todas las confesiones ante la Ley (art. 19), se produce un cambio notable en las perspectivas de la ERE, sobretodo en el sector público de la educación. Ante este hecho, los programas de la asignatura, -emitidos todavía por la Conferencia Episcopal- fueron renovados de manera que se garantizara el derecho a la libertad religiosa de los miembros de la comunidad educativa. Con esta innovación legislativa, se amplió el horizonte del objeto de conocimiento de la ERE, pues en adelante le correspondió hacer y suscitar reflexión académica sobre el fenómeno religioso en general; por lo que se comprende que hiciera carrera el término religión en sentido genérico para la designación del área. Sin embargo, el arraigo de la religión Católica en el grueso de la población nacional y la preeminencia del Cristianismo en Occidente, han hecho que en la práctica educativa se conserven muchas perspectivas del pasado en lo que a educación religiosa se refiere.
En la historia reciente de la ERE en Colombia, llama la atención la bipolaridad registrada entre la ratificación legal que ha garantizado su constante permanencia en el sistema educativo y la dificultad para su integración y adecuada orientación en varias instituciones escolares. A nivel legal, se pueden establecer dos fases de la ERE, una comprendida entre el Concordato de 1973 y la Constitución Política de 1991; y la otra, desde la constitución pasando por la Ley General de Educación (Ley 115) hasta llegar al Decreto 4500 de 2006. Las mencionadas fases revisten gran importancia, en cuanto han determinado los enfoques de programación, planeación e investigación en torno a la ERE.
En la primera fase, no se exigen criterios diferentes a los propuestos por los documentos del Magisterio de la Iglesia, para la justificación de la ERE en el plan fundamental de la educación formal. El artículo XII del Concordato aclara que “compete a la Iglesia, en desarrollo de su misión apostólica, la elaboración de los programas y la aprobación de los textos para la Educación Religiosa Católica”. Según lo anterior, se deduce que el Estado y por ende el sistema educativo confieren a la religión un valor en sí misma, quizá por la singularidad de la que gozaba el catolicismo y por su influencia en la vida social. Para este periodo aparecen la Ley 20 de 1974 aprobatoria del Concordato en la que se da autonomía a la Iglesia Católica para la programación y regulación de la asignatura. En el mismo año, el Decreto 080 es enfático a la hora de presentar la obligatoriedad de la Educación Religiosa en el plan fundamental mínimo para los diferentes niveles de la educación formal. En este contexto, los diseños curriculares de la asignatura y los textos guías para el desarrollo de la programación ratificaban la complementariedad entre la educación religiosa en la Escuela y la catequesis impartida al interior de la Iglesia. Aún con la presencia de corrientes opuestas a un modelo con las mencionadas características, se mantuvo una rigurosidad confesional en los criterios definidos para el desarrollo del área.
La situación de la ERE sufre algunas variaciones con el comienzo de la segunda fase. La transición de la oficialidad de un único sistema religioso a la libertad y pluralidad de manifestaciones religiosas, a partir de la Constitución (art. 19) y de la Ley 133 de 1994 (art. 6), se exige en primera instancia una modificación en los programas del área. Quizá este hito histórico nacional, catalizó algunas de las perspectivas críticas y de rechazo de la población en general y de la comunidad educativa en particular frente al área de Educación Religiosa, por ser considerada instrumento de la Iglesia para el proselitismo o para la prolongación de su hegemonía.
Esta segunda fase ubicada en las últimas dos décadas, ha sido el periodo de caracterizado por  la crisis generalizada de la ERE, pues no se ha podido menguar el nivel de crítica o rechazo formal ni informal; ante este panorama, se sugiere el comienzo de un proceso de justificación de la ERE, para lo cual se hace pertinente recurrir a la concepción de integralidad de la educación. Este es el reto investigativo de la actualidad y el marco de referencia deseado para la programación veraz de la asignatura. El camino ya ha sido abierto por las prescripciones de la Ley General de Educación e impulsado por los enunciados teóricos y prácticos del Decreto 4500; con base en estos referentes legales, la Conferencia Episcopal de Colombia ha mostrado grandes avances en la reflexión pedagógica al respecto, mediante las orientaciones curriculares y didácticas para el desarrollo de la ERE en las instituciones escolares.


FUENTES
COMISIÓN EPISCOPAL PARA LA EVANGELIZACIÓN DE LA CULTURA Y LA EDUCACIÓN, cita Ley 115, art. 10 y 11. En: lineamientos y estándares curriculares para el área de educación religiosa; (23 de Agosto de 2004) Santa fe de Bogotá: Conferencia Episcopal de Colombia.
CONFERENCIA EPISCOPAL COLOMBIANA. Guía para el desarrollo de los contenidos de la Enseñanza Religiosa Escolar en los Niveles de Básica Secundaria y Media. Colombia, 1999. p. 14.
Cfr. SEMERARO, Marcello. La Catequesis. En: diccionario teológico enciclopédico. Estella (Navarra): Verbo Divino. (1999) p, 136.
Colombia http://www.usergioarboleda.edu.co/civilizar  
 
 


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 La crisis del sistema educativo, responde a una mirada sesgada de la realidad. los problemas de la escuela no corresponden al orden meramente pedagógico, sino a la problemática generalizada de la sociedad, que requiere de una resignificación de la religión, como elemento transformador de la realidad.